Hoy en día, el término de cloud computing está presente en nuestro ámbito profesional. Se trata de una nueva forma de prestación de los servicios de tratamiento de la información. Podemos contratar diferentes servicios en la nube, como, por ejemplo, servidores de ficheros, backup, alojamiento, web, CRM y ERP, videoconferencias, etc. La nube nos permite utilizar recursos que facilitan la conexión desde cualquier lugar, la unificación de recursos y una implementación rápida.
En este entorno, la gestión de la información está de forma virtual en manos del cliente que contrata los servicios de la nube. El proveedor del servicio puede encontrarse, en cualquier lugar del mundo, y proporcionar los servicios cloud a través de, por ejemplo, prácticas de deslocalización, movilidad o realizando subcontrataciones adicionales. Así, en este caso, el contratista puede desconocer la localización concreta de sus datos y, por lo tanto, no disponer del control directo de acceso y portabilidad. Todo esto nos lleva a tener que ser rigurosos en el momento de la contratación de un servicio de este tipo. Para elegir aquel proveedor que cumpla con toda la legislación, y en especial, con la normativa en protección de datos y seguridad, son muchos los aspectos a tener en cuenta en este nuevo entorno cloud, que iremos analizando en los siguientes boletines.
IMPORTANTE
La empresa que utilice la nube como recurso debe tener una política de clasificación de información que indique que tipo puede subir al cloud.