El consentimiento es una de las legitimaciones para el tratamiento de datos personales que viene regulada en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Sin embargo, para que sea válido, debe cumplir con requisitos estrictos que garantizan la autonomía y el control del interesado sobre sus datos personales.
Según el RGPD, el consentimiento debe ser libre, informado, específico e inequívoco. Esto significa que el interesado no puede ser obligado ni condicionado a otorgarlo. Debe recibir información clara sobre el tratamiento de sus datos, y su aceptación debe darse mediante una acción afirmativa, por ejemplo, como marcar una casilla, (no preseleccionada). Además, debe ser revocable en cualquier momento, sin afectar la legalidad del tratamiento previo.
Las empresas deben asegurarse de registrar y gestionar correctamente el consentimiento, evitando prácticas engañosas y ofreciendo mecanismos sencillos para su retirada. Los formularios donde se recojan datos personales deben ser accesibles y comprensibles.
Garantizar un consentimiento válido no solo evita sanciones, sino que fortalece la confianza de los interesados.
IMPORTANTE
El consentimiento debe ser demostrable, revocable y cumplir con requisitos claros que garanticen el cumplimiento de la normativa.